jueves, 8 de agosto de 2013

Ibiza, la Isla Bonita



Empezamos nuestra andadura viajera con una pequeña escapada al Paraíso. Un paraíso que está tan cerca... y que por desgracia, muchos desconocen. Hablamos de Ibiza, la Isla Bonita. Una isla famosa por su fiesta y su "derroche", por sus discotecas, famoseo, yates y demás. Ibiza es todo eso pero también es naturaleza, playas de aguas transparentes, pueblos con encanto, paz y relax. Visité Ibiza por primera vez cuando cumplí 15 años y desde entonces, me atrapó.
 
Nada más llegar a Ibiza, a media tarde, os recomiendo dar un paseíto por Santa Gertrudis. Allí se puede comer el mejor bocata de toda la Isla en el Bar Costa La especialidad es el de jamón (del bueno) con queso fundido, eso sí, si llegáis tarde, la cola para coger mesa es monumental. Merece la pena esperar.
Después, la visita al casco antiguo es obligada. Atención, si vais a subir a Dalt Vila, no llevéis tacones!! Su muralla y su catedral conforman un conjunto histórico declarado Patrimonio de la Humanidad.

Para ir por la mañana a tomar el sol, a mi me encanta la playa de Ses Salines, todo un clásico. Si tienes tiempo, te recomendamos un paseo por las salinas y los humedales, nada que ver con el mundanal ruido. Y si sigues por la carretera, bordeando la montaña de sal, llegarás a un chiringuito de playa al más puro estilo ibicenco: camas chill-out, puesta de sol, sillitas blancas y tumbonas. Su nombre es Cap dés Falcó y aunque es un lugar precioso, mejor pedir otra cosa que no sea café.


Para cenar, un sitio nuevo y muy glamour, On the Rocks Ibiza. Espectáculo en vivo, pase de moda, tienda ibicenca, cocina italiana, djs, etc.

Y si queréis comer el mejor bullit de la Isla, no podéis dejar de ir a S'Espartar en dirección a Cala Tarida. Aquí podéis consultar las opiniones de Trip Advisor. Os recomendamos probar en el mismo sitio la Frita de calamares, plato tipo ibicenco, buenísimo!

Si os queda tiempo y queréis hacer algo diferente, no dudéis en dar una vuelta por Sluiz. Una tienda enorme, con cosas imposibles, sin orden ni concierto. Una excursión muy recomendable.

Y para terminar, os recomendamos, tomar el sol pero con moderación y con protección solar, llevar cuidado con las medusas, hidrataros bien (a ser posible, con agua), dormir la siesta para poder salir por la noche, mirar todo con los ojos muy abiertos y disfrutarlo mucho.
Gracias por acompañarnos en este primer viaje. Si quieres ver más fotos puedes hacerlo aquí
 


miércoles, 7 de agosto de 2013

De acantilados azules


Comenzamos una nueva aventura, algo que nos apetecía mucho y que esperamos sea un lugar de paz y descubrimiento. Un lugar donde relatar nuestros viajes, las cosas que encontramos en nuestro camino, las que nos apetece encontrar. Historias ilustradas por nuestras fotos y nuestras palabras y percepciones. Esperamos contar con vosotros como compañeros de viaje. Bienvenidos.
Para comenzar, un poema atribuido a Luis Cernuda sobre los acantilados.
 

Si el hombre pudiera decir lo que ama,

si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo

como una nube en la luz;

si como muros que se derrumban,

para saludar la verdad erguida en medio,

pudiera derrumbar su cuerpo,

dejando sólo la verdad de su amor,

la verdad de sí mismo,

que no se llama gloria, fortuna o ambición,

sino amor o deseo,

yo sería aquel que imaginaba;

aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos

proclama ante los hombres la verdad ignorada,

la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien

cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;

alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina

por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,

y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu

como leños perdidos que el mar anega o levanta

libremente, con la libertad del amor,

la única libertad que me exalta,

la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:

si no te conozco, no he vivido;

si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.